CARLOS MARTÍNEZ ASSAD (COORDINADOR)
CON LA PARTICIPACIÓN DE DAVID ORDAZ BULOS Y YOLOTL VALADEZ BETANCOURT.
Desde 1967, luego de la llamada Guerra de los Seis Días, Israel ocupa los Altos del Golán, una región rica en agua y recursos naturales, que pertenece formalmente a Siria y fue anexada en 1981 y reconocida su soberanía por el presidente Donald Trump en 2019, contradiciendo la resolución del ONU que ha considerado ilegal la ocupación.
Los Altos del Golán se convirtieron en noticia mundial a finales de julio del 2024, tras el impacto de un cohete en una cancha de fútbol en Majdal Shams, considerada su capital, y en la que murieron doce adolescentes y treinta personas más resultaron heridas de gravedad. La mayoría de las víctimas eran parte de la comunidad drusa, un hermético grupo etnorreligioso cuyas creencias derivan tanto del abrahamanismo como del zoroastrismo, el cristianismo y el islam.
El ataque fue adjudicado a la milicia de Hezbolá, la organización militar, pero que funciona también como partido político y organización de beneficencia, que atiende a miles de personas ante los vacíos y parálisis institucional en aquel país. Se afirma que es subvencionado por Irán, pero también recibe apoyos de algunos ricos de los países árabes.
Unas horas antes del episodio de horror en la cancha de fútbol de Majdal Shams, la milicia había anunciado que atacaría una base militar israelí en el Monte Hermón. Luego, se deslindó del ataque, que según las Fuerzas de Defensa Israelí había sido realizado con los misiles Falaq-1 de manufactura iraní. Este hecho rompía en parte la regla que había caracterizado el enfrentamiento entre el Estado judío y Hezbolá, a raíz de que este último decidió entrar a la guerra con Israel, como forma de presión para detener el ataque sobre la Franja de Gaza; pues si bien la ofensiva israelí se han cobrado hasta ahora la vida de cerca de 300 civiles libaneses, el partido chiita se ha abstenido de atacar a la población civil enfocando sus ataques a sitios militares.
Varias fueron las acciones de Israel tras el ataque de Majdal Shams. Primero declaró que respondería “duramente contra el enemigo” y calificó el ataque como el más grave después de la Operación Al-Aqsa efectuada por Hamas el 7 de octubre del 2023, donde murieron mil doscientas issraelíes y doscientas cincuenta fueron capturadas como rehenes. Israel bombardeó el sur del Líbano y realizó un ataque aéreo en el barrio de Haret Hreik en el sur de Beirut, donde murió Fuad Shukr, considerado la segunda cabeza de Hezbolá. Luego, varios aviones supersónicos sobrevolaron Beirut amenazando continuar los ataques y generando pánico entre la población.
A esta represalia se sumó el asesinato de Ismail Haniye, el máximo jefe político de Hamás, y destacado participante de las negociaciones de un alto al fuego y liberación de rehenes con Israel, que fue atacado en Teherán al día siguiente del asesinato de Shukr. Aunque en su momento Israel no reivindicó aquel ataque, diversas fuentes confirmaron que había sido una operación llevada a cabo por el Mossad, la agencia israelí especializada en ese tipo de acciones.
Días antes de llevar a cabo la operación contra el alto funcionario de Hezbolá, el primer ministro Benjamín Netanyahu visitó Majdal Shams donde fue recibido por los familiares de las víctimas con protestas donde lo tildaron de asesino y criminal de guerra, manifestando su rechazo a que esta tragedia fuera utilizada como un pretexto para ampliar el conflicto a toda la región.
Después de los ataques israelíes a Beirut y a Teherán, se esperaba una respuesta enérgica de parte de Irán y el Eje de la Resistencia, sin embargo, ésta no llegó. Irán optó por una estrategia de contención y presión diplomática, tendiente a alcanzar un alto al fuego y la liberación de rehenes por parte de Hamás. Y es que, de acuerdo con varios analistas el país persa estaría calibrando un acercamiento a Occidente, evidenciado por el reciente nombramiento de Ali Bagheri como ministro de relaciones exteriores, un diplomático veterano que fue clave en el acuerdo nuclear Plan de Acción Integral Conjunto, alcanzado junto con Estados Unidos y otros países, durante la presidencia de Barack Obama.
Por su parte Hezbolá tuvo una respuesta medida. El pasado 25 de agosto llevó a cabo la operación Día de Arbain que según el dirigente de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, tenía como objetivos la base “Glilot”, afiliada a la Unidad 8200 de inteligencia militar israelí, cerca de Tel Aviv y la base de defensa aérea de Ein Shemer, situada a 75 kilómetros del Líbano y a 40 kilómetros de Tel Aviv. Si bien Nasrallah afirmó haber alcanzado sus objetivos con seis drones, el gobierno israelí negó cualquier daño en sus bases militares. A pesar de ello, el líder chiita afirmó que con esta acción daba fin a la venganza por la muerte de Fuad, volviendo a los ya cotidianos intercambios de misiles a través de la frontera.
Aunque estos hechos muestran el interés de las partes de que el conflicto en Gaza no escale a nivel regional, las implicaciones y los diversos actores que están en pugna hacen que no se alcance a vislumbrar un fin para el conflicto actual.
De acuerdo con Romany Shaker (2024), mientras no exista un cese al fuego en Gaza, Hezbolá seguirá calibrando una estrategia de tres componentes: 1) Mantener su hegemonía y seguir socavando otras milicias armadas en Líbano, 2) Coordinar las operaciones junto con Irán para mantener un eje de resistencia contra Israel, compuesto por Hamas y la Yihad Islámica en Palestina, y por los Houtíes en Yemen y 3) Probar el poder de sus cien mil combatientes y el arsenal con que cuenta en la frontera del sur de Líbano. Además, Hezbolá sabe que su prestigio está en juego, pues según todas las encuestas el apoyo que había perdido a finales de 2022, lo ha recuperado gracias a su apoyo a los palestinos. Lo que no significa que los libaneses le hayan dado una carta blanca para entrar a una guerra con Israel, pues en los últimos años los intereses de la milicia no están en la luchar contra Israel sino en ganar legitimidad política en Líbano, donde ha perdido la influencia de hace veinte años y su población exige que la guerra no llegue a su territorio.
Referencias:
Khashan, H. (2023). Hezbollah’s Shortsighted Strategy for the War in Gaza. Insight Turkey. Tomado de: https://www.insightturkey.com/commentaries/hezbollahs-shortsighted-strategy-for-the-war-in-gaza
Shaker, R. (2023). Hezbollah’s Post-October 7 Strategy: Avoiding Yet Preparing for War. Hudson Institute. Tomado de: https://www.hudson.org/hezbollahs-post-october-7-strategy-avoiding-yet-preparing-war