El ajedrez actual de Oriente Medio

esther120Por Esther Shabot Askenazi*

‘Catalejo’, columna de opinión publicada originalmente el 12 de noviembre de 2017 en Excelsior.com

A punto de concluir uno de los más devastadores capítulos de la vida de Oriente Medio —a saber, la guerra civil en Siria y el sismo que significó la sangrienta incursión del Estado Islámico o ISIS en aquellas tierras— asoma una nueva etapa en la que la recomposición de fuerzas no está exenta de sombríos augurios. Tras casi siete años de combates que cobraron la vida de cientos de miles de sirios y lanzaron a millones al exilio, el país está de nueva cuenta bajo el control casi total del régimen de Al-Assad, gracias a la ayuda de sus firmes aliados, Rusia, Irán y las milicias chiitas libanesas del Hezbolá. De este escenario se deriva ahora una situación distinta que está empujando a los factores de poder regionales a rediseñar sus estrategias para tener éxito en la consecución de sus objetivos.

Arabia Saudita e Irán son quienes hoy se movilizan con más celeridad para sacar provecho del reacomodo en curso. En su calidad de cabezas del mundo musulmán sunita y chiita, respectivamente, mueven sus piezas febrilmente en el ajedrez regional a fin de colocarse y sacar ventajas de la nueva situación. Mientras que en Yemen continúan confrontándose ambos mediante su apoyo militar abierto —Arabia a los sunitas, e Irán a los rebeldes chiitas hutíes—, Líbano ha pasado a ser un tablero adicional en el que se perfila el inicio de una nueva partida. Ahí están de regreso en Líbano, empoderados por su victoria, los milicianos del Hezbolá, cuyas ambiciones de dominio del país nunca han ocultado, y menos ahora que se reinstalan en su patria robustecidos con todo lo que les ha proporcionado Irán durante su actuación en Siria.

Al parecer, justamente eso ha sido lo que ha detonado la renuncia a su cargo del primer ministro libanés, Saad Hariri, un musulmán sunnita, renuncia que fue anunciada desde Arabia Saudita, donde permanece aún este hombre que justificó su decisión alegando amenazas de muerte contra él de parte de Irán y Hezbolá. En consecuencia, Líbano entra en un periodo de incertidumbre, que se agudiza con el aviso de la monarquía sunnita de Arabia a sus ciudadanos que estén en Líbano, de abandonar el país por motivos de seguridad. Simultáneamente, el máximo líder de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah, advierte a los sauditas de consecuencias nefastas para ellos en caso de que escalen de algún modo la confrontación.

Por otra parte, el gobierno en Riad amenaza también, luego de que un misil de fabricación iraní proveniente de Yemen cayó en su territorio hace pocos días. Dice no estar dispuesto a tolerar un avance de las fuerzas iraníes en detrimento de los intereses sunitas en Líbano, con lo cual puede inferirse que la fragilidad del equilibrio interétnico en el país de los Cedros está a punto de romperse. Y aquí es donde interviene un factor adicional. Como es sabido, también a Israel le preocupa enormemente la creciente instalación de fuerzas iraníes o aliadas a Irán en la zona colindante con su frontera norte. Siendo Teherán uno de los más acérrimos enemigos de Israel, y con el antecedente de la guerra que en el verano de 2006 se desarrolló entre Israel y Hezbolá, en estos momentos en que se registra una alteración tan radical del statu quo, hay temor de que una chispa pueda conducir a una nueva confrontación. Daniel B. Shapiro, quien fuera embajador de Estados Unidos en Israel durante la Presidencia de Obama, ha escrito que incluso no puede descartarse alguna maniobra saudita para involucrar a Israel en una guerra con Hezbolá, similar a la de 2006, con objeto de que Israel le haga el trabajo sucio de quitarle a Irán y al Hezbolá las ganancias últimas que han conseguido. Un panorama, pues, nada alentador.

*Esther Shabot Askenazi es licenciada en Sociología de la UNAM (1980, México), con estudios de maestría en Sociología en la UNAM y con especialización en Estudios Judaicos en la Universidad Iberoamericana (1982-1985). Forma parte del Consejo Asesor del Seminario Universitario de Culturas del Medio Oriente.

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